domingo, 17 de septiembre de 2017

EL ORIGEN DE LA CUECA CHILENA Y LA PARTICIPACIÓN DE BATALLONES DE AFROCHILENOS EN LA INDEPENDENCIA.






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Como estamos celebrando nuestra fecha patria, nada mejor que remontarnos un poco en la historia y el folklore, para conversar sobre los orígenes de la cueca chilena por una parte, y la participación de los afrochilenos en los combates de la Independencia.

Por eso, en el Programa Semanal “Sentimiento Afro” en el cual   difundimos por gentileza de la Radio Puerta Norte de Arica, invitamos a Francisco Piñones, músico, profesor, ingeniero y además maestro lutier de tambores afroariqueños.

Así nos  adentramos en los orígenes nunca bien definidos de nuestro baile nacional, que si la influencia fue hispana, mora, gitana, o afro. Para nosotros, queda claro lo que relata el músico chileno José Zapiola (1802-1885) en sus memorias, al referirse sobre cómo él conoció esta danza: “Al salir yo en mi segundo viaje a la república Argentina, en mayo de 1824,no se conocía este baile, A mi vuelta, en 1825,ya me encontré con esta novedad. Desde entonces Lima nos proveía de sus innumerables y variadas zamacuecas”

La zamacueca limeña, se origina en los sectores populares de Lima en los Siglos XVI y XVII, en los llamados “barrios altos” y en el Callao, danza que se identifica claramente con los afroperuanos de la época. Posiblemente esta música haya sido traída a Chile con los músicos de la expedición Libertadora del Perú, que comandó San Martín.

La zamacueca primitiva usaba el pañuelo en las manos de la pareja y se distinguía por los movimientos pélvicos, propios de los bailes africanos. Zamacueca vendría de un dialecto africano “Samba” y “Cuque” que tendrían como significado “saludo para comienzo al lundù”. Se le conoció también como Mozamala.

En Chile, esta “moda” de baile se hizo popular en las llamadas “chinganas” lugares que servían para comer y beber, donde se reunían  diversas personas y en cuyos tablados se presentaba la zamacueca. Interpretada siempre por mujeres, con arpa, guitarra y tormento, no se incluían nunca varones en  su ejecución. Algunos sectores sociales ligadas a capas conservadoras, lograron en algunos casos prohibir la zamacueca por “libidinosa” o al menos restringir los horarios de funcionamiento de las chinganas Sin embargo, con la llegada de tres hermanas mulatas, de apellido Pinilla, conocidas como las Petorquinas, por provenir del pueblo de Petorca, la zamacueca chilena tomó nuevo impulso, elevando su nivel social, llegando a ser interpretada en los teatros, como finalización de obras  como zarzuelas u óperas.

La zamacueca chilena, vuelve al Perú con el nombre de “Chilena”, donde a raíz del conflicto del Pacífico, el periodista Gamarra, le cambia el nombre a “Marinera” con el cual hasta el día de hoy se conoce en Perú, con dos variantes, la Limeña y la Norteña, esta última generalmente interpretada con bandas de bronces, lo que le da una similitud a nuestro nortino Cachimbo.

Desde principios del Siglo XX aproximadamente se deja de usar el nombre de “Zamacueca chilena” para cambiarla simplemente a cueca, también van variando, por influencia de las modas, las vestimentas de “chinas” y “huasos” muy diferentes de los que hoy se aprecian en los conjuntos folclóricos, e instalando en los intérpretes a los varones, muchos de ellos ataviados con el traje de “huaso” es decir, personaje del campo. Sin embargo, es importante señalar que la “cueca” se originó en los sectores urbanos, especialmente de la capital, en los locales que ya señalamos.

Otro punto de nuestra conversación fue el recuerdo de los afrochilenos que combatieron en las batallas de la Independencia, los llamados “Infantes de la Patria”. Nacidos en tiempos coloniales, como voluntarios que ejecutaban tareas de vigilancia, serenazgo y milicia, fueron llamados primitivamente “Batallones de pardos” para señalar que estaban constituidos por afrochilenos libres, que se desempeñaban en oficios como sastres, zapateros, peluqueros y similares en la capital de Chile. Llegados los tiempos de la Independencia se alistan bajo las órdenes primeramente de José Miguel Carrera y toman parte en diferentes combates. El 25 de abril de 1813, la Junta de Gobierno cambia el nombre de “Batallones de Pardos “a “Infantes de la Patria” por su notoria participación en las batallas. De entre sus hombres, destaca el mulato  José Romero, quien al empezar la vida republicana, se convirtió en Edecán del Congreso, durante 25 años.

La historia de estos Batallones no es mencionada en la Historia oficial de Chile, la que se enseña en los colegios, porque su elaboración ha sido hecha siempre con el criterio racista, de ocultar que en el país hay sangre negra, como indígena, y cuidadosamente oculta hasta el día de hoy, ya que al conmemorar los 200 años del Cruce de Los Andes, en el presente año, tampoco en las ceremonias oficiales se les mencionó por las más altas autoridades de la Nación, siendo que en esa hazaña, participaron los Infantes de la Patria, como asimismo los batallones de Afroargentinos.

Así  conversamos en ese programa de radio, sin dejar de mencionar la buena noticia que en la actualidad, la Comisión de Derechos Humanos de Cámara de Diputados, ha aprobado la Moción de ley de reconocimiento del pueblo tribal afrochileno, que ahora pasa a discusión a la Sala para poder convertirse en Ley de la República, algo en que las organizaciones Afrochilenas han trabajado largamente.


¡FELICES FIESTAS PATRIAS ¡

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